La grandiosidad de la cordillera de los Andes no puede describirse con palabras.
Es incluso difícil grabarla en imágenes ya que el foco puede restarle belleza, las formas, los colores
y el enorme tamaño del lugar. Incluso las estrellas formaron parte del paisaje cuando acampamos en medio de la nada a 4000 metros ( 2.73 millas). Esa cantidad de estrellas parecía una aeronave espacial que nos sobrevolaba. Nunca había visto algo igual. En un día, bajamos desde los 4860 metros ( 3 millas) hasta los 30 metros y la temperatura pasó de los 3 grados centígrados (37,4 Fahrenheit) a los 36 grados ( 96.8 Fahrenheit). Conducir por esos paisajes con mi hijo ha sido todo un privilegio y todos esos pequeños detalles quedarán grabados en mi memoria para siempre.



