Montar de Guatemala a Veracruz en México por el Golfo de México, ha sido un bonito paseo.

La naturaleza era espectacular y la gente muy agradable. Era demoledor, ver como muchas zonas

habían sido totalmente devastadas por incendios forestales. Tras pasar un tiempo en Veracruz, me dirigí

hacia la ciudad fronteriza de Tampico. Cuando me quedaban unos 250 Km (155 millas), decidí conducir de vuelta 100 Km (62 millas) y tomar otra ruta hacia los EEUU. La zona era considerada insegura porque había carteles de peligro de asaltos y peleas. Mi mente ya se había hecho a la idea, y decidí seguir adelante a pesar de las advertencias. Durante los siguientes 250 Km (155 millas), presencié mucho personal militar por todas partes y estuve muy tenso al atravesar las ciudades y los puntos de control. Fue un alivio seguir a un convoy militar por las partes más peligrosas. El súper amable dueño de un restaurante, Orlando, me contó una mucho acerca de la historia y respondió a muchas de mis preguntas. Una artista de once años de edad, Nadia Aylin, me enseñó algunos de sus mejores trabajos

en el restaurante de su madre lo cual me trasladó la sensación de que se puede tener una vida normal, a pesar de las constantes amenazas de violencia que rodean a las personas que viven allí. Tras cruzar la frontera, que es simplemente un pequeño río, en Texas inmediatamente encontré la paz y fue muy relajante, que enorme cambio de un lado al otro del río.