Cuando visitas el cementerio nacional de Arlington en Washington DC, eres consciente de la multitud de miembros del servicio militar que perdieron sus vidas desde que fue fundado en 1864. Los militares de las guerras con mayor número de muertes de los EEUU están allí enterrados, como la Guerra Civil Americana, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, Corea y las guerras de Iraq y Afganistán. Fue devastador ver cuántos jóvenes entre 18 y 24 años estaban allí enterrados. Quizás porque soy padre de tres hijos., pero no puedo imaginar cómo debe ser perder a un hijo en una guerra y cómo es posible seguir viviendo con ello. Vi a un hombre de mediana edad de pié frente a una tumba. Tomé algunas fotos y me marché, pero de repente me dí la vuelta y decidí preguntarle si podía entrevistarlo. Sentí que había un agra historia detrás, tal y como el hombre comenzó a hablar sentí una gran tristeza y amor. Él visitaba la tumba de su padre y rápidamente conectamos ya que yo había perdido a mi padre sólo unas semanas antes. Observé como los soldados protegían haciendo turnos, las tumbas de los desconocidos soldados. Es un hecho muy simple pero ellos lo hacen con extrema precisión y perfección, mostrando el mayor de los respetos por aquellos que murieron y nunca pudieron tener una tumba con su nombre para que sus familiares le velasen.