El Puente de una Nación

Me recomendaron visitar Selma, Alabama en mi camino hacia Atlanta por la importancia de la ciudad para impulsar el movimiento por los derechos civiles. La marcha desde Selma a Montgomery en 1965, comenzó en Selma con el » Domingo Sangriento» en 1965 finalizó con 25.000 personas entrando en Montgomery, la capital de la nación, para conseguir el derecho al voto. Este movimiento activista atrajo la atención nacional y dio un poco de luz a la lucha por la justicia social. Ese verano la Ley del derecho al voto de 1965 fue aprobada por el congreso y firmada por el presidente Lyndon B. Johnson. El Puente de Edmund Pettus, en Selma, jugó un papel muy importante y se convirtió en el icono de aquellos eventos. Cuando llegué al puente de Edmund Pettus, conocí a un joven, un hombre encantador, llamado Columbus, que mostró un gran interés por mi viaje. En mi diario (lo puedes ver abajo), describí el profundo impacto que causó en mí. También conocía a una chica en un café de Alabama; su talento podía notarse al instante. Menuda actuación tomando un café! En mi diario del 25 de mayo 2015. Selma está situada en el «Cinturón Negro» que se extiende a través de los estados del Sur, donde los Afroamericanos fueron esclavizados durante gran parte del comienzo de la historia de América. En 1965, Selma, Alabama se convirtió en el campo de batalla por la lucha de los derechos civiles. El puente de Edmund Pettus se convirtió en el icono de esos sucesos, incluyendo los más famosos, como el Domingo Sangriento. El Senador Barack Obama dió su primer discurso en ese puente tras ser elegido candidato democrático para la Presidencia en 2008. El 5 de marzo de 2015, el Presidente Obama y el anterior Presidente George W. Bush, pasearon por el Puente de Edmund Pettus para conmemorar el 50 aniversario del Domingo Sangriento y la lucha por los derechos civiles.

El joven Colombus estaba sentado en el puente, vendiendo souvenirs y me contó la historia del puente y el movimiento por los derechos civiles. No quería que me fuese de Selma sin conocer esa parte de la historia de América. Él era encantador y un buen narrador de historias que tenía grandes sueños. Me preguntó acerca de mi viaje y quedó muy impresionado de que casi había dado la vuelta al mundo en mi motocicleta y ahora estaba allí en Selma. Me preguntó muchas cosas de mi país, como cuánto dinero gastaba mi país en el ejército, y se sorprendió cuando le dije que no gastamos un centavo porque no tenemos ejército. Más impresionado quedó aún cuando le conté que en mi país la mitad del gasto público está destinado a la salud y educación. Él estaba emocionado conforme hablábamos y llamó a sus amigos para que se uniesen, pidiéndome que repitiese lo que le había contado como necesitando que

hubiera testigos para que creyeran la historia, y no parecer un mentiroso cuando la contase. Selma es una de las regiones más pobres del país, y Colombus me dijo que lo que necesitaba desesperadamente Selma era un líder fuerte. Él me admiraba a mí porque había llevado a cabo mi viaje, pero yo le dije a él que alto y claro: » Escúchame bien amigo. Si yo puedo hacer este viaje en mi motocicleta a mis 59 años, tú puedes convertirte en el líder del que hablas. Siento que tú tienes todos los ingredientes que se necesitan; la edad adecuada, las ideas, el coraje y una historia muy convincente. Tú puedes cambiar las cosas si quieres. Te animo a que empieces ahora mismo». Cuando le dije esto le miré fijamente a los ojos y sentí que estaba asimilando todas mis palabras. En ese momento, sentí una conexión que había experimentado muchas veces antes durante mi viaje. Yo sé que este momento le influirá y a mí también me han influido.